lunes, 15 de mayo de 2017

LAZARILLA A LA FUERZA

 Me dirijo a las autoridades para contarles lo que nos está pasando ya que hacen como si no sucediera nada, y ¡Basta ya! dejar de mirar hacia otro lado y vamos a afrontarnos este problema entre todos, ya que si, ahora me esta pasando a mi pero en cualquier momento también te podría pasar a ti.

TRATADO I
Mi hermano y yo hemos llegado al primer campo de refugiados, es un campo militarizado ya que es a donde nos han guiado desde el registro policial, pensé que aquí íbamos a estar "protegidos" ya que ahora en teoría nos iban a dar comida diariamente y íbamos a poder tener las necesidades básicas, pero siento deciros que para nada era así. Cuando llegaba la hora de la repartición de comida había gente que se volvía a poner en la cola para poder coger una segunda ración y nosotros los mas pequeños a veces nos quedábamos sin comer ese día a si que muchas veces me sentía obligada a robar comida a la gente, me avergüenza admitirlo, pero es que eran ellos o nosotros era una cuestión de supervivencia.
Como hemos visto que esto no tenía mucha pinta de mejorar, decidimos huir del campo con el fin de buscar un futuro mejor.

TRATADO II
Nos hemos instalado e un nuevo campo, es triste ,pero os puedo decir que nunca había visto en mi vida a tantísima gente pasándolo mal, de verdad éramos tantos allí te lo prometo, tantos, que es difícil imaginárselo, estábamos en unas condiciones pésimas, sigo sin entender como la gente no hace nada por ayudarnos, sabiendo que es difícil hasta conseguir agua potable incluso podíamos decir que ni si quiera se nos podía llamar humanos ya que no teníamos esos famosos derechos humanos que aquí parecía que ni existían.
En este campo eras espabilado o te morías, si, si, te morías así eran las cosas aquí y lo peor de todo es que yo tenía que ser espabilada por dos ya que también me tenía que preocupar de mi hermano pequeño, pero sabéis lo que me hacía aguantar día día  aquí, era sentarme delante de la verja que separaba mis sueños de la realidad.


TRATADO III
Tras ser expulsados del anterior campo por las fuerzas del orden, ahora nos hemos instalado en un campo improvisado, aquí todo es mucho mejor somos una pequeña familia nos conocemos todos y en lo que podemos nos ayudamos, todo lo  que tenemos lo compartimos y nos hacemos de psicólogos unos a otros ya que teníamos bastante confianza entre nosotros, había ,mejorado tanto todo que hasta mi hermano y yo habíamos echo amigos justo de nuestra misma edad. El problema era que aquí pasábamos un hambre que en ningún campo antes habíamos pasado ya que aquí nadie tenía nada y lo que teníamos lo compartíamos como ya os he dicho antes, a si que imaginaros, un trozo de pan al día era inimaginable a si que estas enormes carencias y el abandono institucional nos obligó a abandonar este campo.


TRATADO IV
El siguiente sitio en el que nos instalamos era un campo olímpico al cual lo habían convertido en un campo de refugiados, tampoco me quiero extender mucho en contaros las vivencias que sufrí en este campo ya que desde un principio no me había dado muy buena espina este sitio a si que yo ya sabía que aquí no íbamos a durar mucho; y así fue en un mes ya le estaba diciendo a mi hermano que guardara las pocas cosas que nos quedaban que nos íbamos a un sitio mejor.


TRATADO V
Y finalmente nos asentamos en nuestro último campo, un campo "ciudad" como lo llamaban aquí.
Para sobrevivir en este campo lo que tenías que hacer aquí era trabajar para poder comer al menos tres platos al día una cosa que ya ni si quiera recordábamos a si que eso hicimos, trabajar; a mi hermano le pude poner a trabajar en el huerto de una señora que le pagaba lo  suficiente como para mantenerse el a si que a mi no me quedó mas remedio que ponerme a limpiar y barrer las calles ya que fue el primer trabajo que se me presentó y como necesitaba ese dinero, me puse manos a la obra y empecé a trabajar. Días después un repartidor de fruta me vio limpiando la calle y me propuso trabajar para el ya que necesitaba dinero para repartir la fruta ya que el estaba algo enfermo y no tenía las suficientes fuerzas como para repartirla, tras estar bastantes mese trabajando para el me dijo que íbamos a dejar de repartir fruta ya que el se iba a morir pero que no me preocupase que no se había olvidado de mi y que había hablado con una ONG que me podía contratar para ser voluntaria en esta, y que allí me iban a pagar muy bien y que mi hermano y yo íbamos a poder vivir muy bien e incluso ahorrar, a si que eso hice ahorrar.
Aunque las cosas hubieran mejorado un poco seguíamos pasándolo mal y como dicen que el que no arriesga no gana, eso hice arriesgar cogí a mi hermano, el dinero ahorrado y decidimos cruzar, cruzar esa frontera que separa mis sueños de la realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario