lunes, 28 de noviembre de 2016

CANTAR DEL DESTIERRO


El refugiado sale de Madrid, a Valencia va encaminado
allí deja  su hogar, yermo y desheredado.
Con lagrimas en los ojos muy fuertemente llorando
la cabeza volvía y quedándose mirando.
Sin remedio a todas horas pensando,
que todo lo pasado atrás lo estábamos dejando.
De pequeña , a todas horas jugando,
como es lógico con el hermano también peleando.
Tanto lo buen como lo malo, ya de menos lo estaba echando
y ni si quiera cuatro metros teníamos andados
   -¿Con quien quién estás hablando?
   -Con mis amigas que por ultima vez las estaba saludando
No se si lo estaréis entendiendo,
ya q ponerse en su lugar es muy complicado

Nada más llevaba en la maleta; unos libros por si me aburría esperando 
el móvil, para que siempre estuvieras comunicados  
fotos, para poder ser feliz sin tener que estar actuando
y ropa para poder seguir improvisando

A esta aventura se sumaban la y el hermano.
 Había que seguir adelante ;intentándolo

Un camino largo y duro y muy agobiado 
con el miedo de poder ser reclutados 
muchos se quedaron atrás sin tener toda la suerte que ellos habían esperado,
 hasta tal punto que de la presión estar todos vomitando
pero por fin a valencia ya habían llegado
esperando a que el les diera paso a todo lo  nuevo soñado.


 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Cuidado de nuevo con ortografía y mayúsculas (incluida la forma de escribir en redes sociales: "ya q"). Bien el contenido, pero léelo un par de veces y detectarás algunos pequeños fallos.

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  2. Por cierto, este verso no rima:
    "que una piña siempre estaban haciendo."

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